VI. Pluriarquía y blogsfera


Rebotando entre la maraña de información suministrada en la Sociedad de las Indias Electrónicas, encontré una entrada de la Indianopedia llamado "Debate sobre la pluriarquía". Me enteré, como una sorpresa afortunada, que la idea de pluriarquía ya tiene cierta tradición reflexiva y que ya se han organizado, al menos, tres encuentros internacionales en el Brasil para debatir públicamente sobre las implicaciones de estas ideas. Pues bien, una de esas vertientes de aproximación a la pluriarquía es llamada Glocalismo, y es trabajada por Augusto de Franco, un profesor e investigador brasileño.  







Definiciones previas, tomadas de la indianopedia:

Pluriarquía
Término usado por primera vez por los ensayistas suecos Alexander Bard y Jan Soderqvist para definir el sistema de decisión colectiva de la netocracia. Según estos autores en plurarquíatodo actor individual decide sobre sí mismo, pero carece de la capacidad y de la oportunidad para decidir sobre cualquiera de los demás actores

Por ello hace imposible manterner la noción fundamental de democracia, donde la mayoría decide sobre la minoría cuando se producen diferencias de opinión.

En un sistema pluriárquico la toma de decisiones no es binaria. No es sí o no. Es en mayor o menor medida. Alguien propone y se suma quien quiere. La dimensión de la acción dependerá de las simpatías y grado de acuerdo que suscite la propuesta. Aunque la mayoría no sólo no simpatizara sino que se manifestara en contra, no podría evitar su realización.

Blosfera
Blogsfera es el espacio informativo generado por el conjunto herramientas electrónicas de edición y publicación personal.

Características y topología

Este espacio informativo se organiza como una red social distribuida. La blogsfera es el primer medio de comunicación distribuido lo que implica que:
No existe ningún grupo decisivo, un centro con capacidad de filtro que pueda evitar que una información se difunda. La blogsfera forma su propia agenda pública de forma espontánea y autoorganizada. Empíricamente, como demuestra en el límite la experiencia de las ciberturbas, hemos podido observar cómo la blogsfera, a pesar de seguir representando un ámbito relativamente minoritario del conjunto social, puede modificar la agenda pública general en momentos concretos. Ningún blog concreto es medio, en la medida en que un blog, por si mismo, sin un eco masivo de otros blogs, no puede modificar la agenda pública.

Redes distribuídas y pluriarquía

"En toda estructura descentralizada aparece necesariamente la jerarquía. Cuanto más arriba estemos en la pirámide informacional, menos dependeremos de otros para recibir la información y más posibilidades de transmitirla tendremos. La visión de un suceso dada por una noticia de agencia de prensa mundial llegará al último rincón del planeta, mientras que la de la prensa local –aunque sea de ese mismo lugar– apenas cruzará las fronteras más cercanas, así sean opuestas y la local esté mejor fundamentada. Las declaraciones del secretario general de un partido llegarán a todos sus miembros a través de los canales internos, pero las del secretario local no saldrán de los límites de su pueblo." 

"La capacidad para transmitir es la capacidad para unir voluntades, para convocar, para actuar. La capacidad para transmitir es una condición previa a la acción política Y en toda estructura descentralizada, dicha capacidad se concentra, en realidad, en unos pocos nodos." 

"En las redes distribuidas, por definición, nadie depende de nadie en exclusiva para poder llevar a cualquier otro su mensaje. No hay filtros únicos. En ambos tipos de red «todo conecta con todo», pero en las distribuidas la diferencia radica en que un emisor cualquiera no tiene que pasar necesariamente y siempre por los mismos nodos para poder llegar a otros. El periódico local no tiene que convencer de su punto de vista al periodista de la agencia encargado de su zona y el secretario del partido de turno en un pueblo no tiene que convencer a toda la ristra de secretarios comarcales, provinciales y regionales para poder llegar a sus compañeros en otros lugares." 

"Entonces, ¿las redes distribuidas no tienen formas políticas de organización? No, lo que ocurre es que estamos tan acostumbrados a vivir en redes de poder descentralizadas, que confundimos la organización de la representación con la organización de la acción colectiva. La perversión de la descentralización ha llegado a tal punto que «democracia» se ha convertido en sinónimo de elección de representantes, es decir de nodos filtro." 

"Lo que define a una red distribuida es, como dicen Alexander Bard y Jan Söderqvist, que 

todo actor individual decide sobre sí mismo, pero carece de la capacidad y de la oportunidad para decidir sobre cualquiera de los demás actores. 

En este sentido, toda red distribuida es una red de iguales, aunque haya nodos más conectados que otros. Pero lo importante es que, en un sistema de este tipo, la toma de decisiones no es binaria. No es «sí» o «no». Es «en mayor o menor medida». "

"Alguien propone y se suma quien quiere. La dimensión de la acción dependerá de las simpatías y grado de acuerdo que suscite la propuesta. Este sistema se llama pluriarquía y, según los mismos autores, 

hace imposible mantener la noción fundamental de democracia, donde la mayoría decide sobre la minoría cuando se producen diferencias de opinión. 

Aunque la mayoría no sólo no simpatizara con una proposición, sino que se manifestara en contra de la misma, no podría evitar su realización. La democracia es, en este sentido, un sistema de escasez: la colectividad tiene que elegir entre una cosa y otra, entre un filtro y otro, entre un representante y otro." 

"Con un sistema pluriárquico se entiende por qué en las redes no existe «dirección» en el sentido tradicional, pero también por qué inevitablemente surgen en su interior grupos cuyo principal objetivo es conferir fluidez al funcionamiento y los flujos de la red. Son grupos especializados en proponer acciones de conjunto y facilitarlas. No suelen estar orientados hacia fuera, sino hacia el interior, aunque inevitablemente acaben siendo tomados, desde fuera, por la representación del conjunto de la red o, cuando menos, como la materialización de la identidad que los define. Estos grupos son los netócratas de cada red, sus líderes en un cierto sentido, ya que no pueden tomar decisiones pero juegan con su trayectoria, prestigio e identificación con los valores que aglutinan la red o parte de ella a la hora de proponer acciones comunes." 

"¿Qué sucede cuando una estructura distribuida se enfrenta a una descentralizada? Pues que la distribuida lleva las de ganar en capacidad de movilización y rapidez de reflejos. No faltan ejemplos en los últimos años de gobernantes que han pensado que bastaría con controlar los filtros tradicionales (prensa y TV) para condicionar a los ciudadanos asegurándose de que sólo les llegara la información conveniente. El trasfondo de las nuevas redes informacionales distribuidas les enfrentaría, sin embargo, a miles de ciudadanos en las calles. En algunos casos (Filipinas, España, etc.) les llevó a abandonar el poder. Pero lo importante no es tanto el resultado como el fondo que sintomatizaron."

"Se han llenado miles de páginas sólo para tratar de entender en qué se basaban las cadenas de SMS, el poder del «boca a boca» electrónico, pero en realidad no es más que la punta del iceberg. Lo cierto es que estas ciberturbas habrían sido impensables sin el nacimiento de un nuevo medio de comunicación distribuido. 

Blogs, blosfera y bloggers

Cuando Himanen escribió «La ética del hacker», su modelo se basaba en las comunidades de desarrollo de software libre. Unos años después, la misma lógica de la información distribuida había llegado al terreno de la información general y construcción de opinión pública. La clave: las bitácoras (blogs)." 

"Los blogs son sistemas personales, automáticos y sencillos de publicación que, al extenderse, han permitido el nacimiento del primer gran medio de comunicación distribuido de la historia: la blogsfera, un entorno informativo en el que se reproducen los presupuestos, las condiciones y los resultados del mundo pluriárquico." 

"Los bloggers representan lo contrario del periodista. Como los hackers de Himanen, rara vez se especializan, escriben por igual sobre los avatares de su vida personal que sobre temas de actualidad internacional o local. El autor es a veces fuente directa, muchas veces analista de otros bloggers y fuentes y casi siempre seleccionador de terceras fuentes para sus lectores. En los blogs, la vida personal del autor no está separada de la información general y la opinión. Y esa no separación entre vida, trabajo e ideas es una traducción directa de la ética hacker, una negación práctica de la división del trabajo propia de las redes jerárquicas descentralizadas. "

El incentivo del blogger, además, es el prestigio, el número de lectores, el de enlaces y citas publicadas por otros bloggers como él. La blogsfera es un medio casi totalmente desmonetarizado. El sistema de incentivos que lo sostiene es similar al del software libre; es un entorno pluriárquico basado en el prestigio, que evidentemente generará netocracias más o menos volátiles para cada subred identitaria. 

En conjunto, la blogsfera tiende a eliminar la separación emisor/receptor (es una red distribuida donde todos pueden publicar), característica de los medios de los modelos centralizado (ensayado en los países que sufrieron regímenes totalitarios como España) y descentralizado (modelo mediático anglosajón democrático). 

Su potencia reside en que desaparece, de hecho, la capacidad de filtro: eliminar o filtrar un nodo o un conjunto de nodos no frenará el acceso a la información. Al contrario del sistema informativo descentralizado nacido del telégrafo, es imposible «cortar puentes» y controlar la información que llega a los nodos finales mediante el control de unos cuantos emisores. 

Resumiendo, la gran red global de bitácoras (la «blogsfera») representa el primer medio global de comunicación distribuida y reproduce todas las categorías de la «ética hacker». 

Respecto a la figura del blogger, los viejos medios de comunicación le tildarán de «intruso» o aficionado sin credibilidad, igual que las grandes firmas de software privativo tachaban de amateurs a los desarrolladores de software libre (antes de adaptar la mayoría de ellas, con la vieja IBM, Sun y Novell a la cabeza, sus modelos de negocio a los nuevos sistemas de propiedad copyleft). 

Y es que el blogger es la continuación, en la esfera informativa, del hacker (el bricoleur). Un «antiprofesional». Alguien irreducible a las viejas categorías gremiales nacidas de la estructura descentralizada que colgaba de los grandes nodos del poder mediático. La idea del ejercicio del periodismo como actividad, como una habilidad específica que precisaba de unos conocimientos propios y que nace con la industria de la información, no es ninguna novedad. Pulitzer vaticinaba en 1904 que, antes de que terminara el siglo XX, las escuelas de periodismo serían aceptadas como instituciones de enseñanza superior, a semejanza de las facultades de Derecho o Medicina. 

Cuando Pulitzer, un «tycoon» de la comunicación, dice esto, está expresando las necesidades del entonces naciente sistema informativo descentralizado, en contraposición a la estructura local y dispersa de los pioneros del periodismo estadounidense. 

Pulitzer piensa desde un modelo empresarial industrial al que le hacen falta trabajadores especializados en redactar noticias a la manera en que hacen falta ingenieros para diseñar sistemas de amortiguación. Por eso pide al sistema educativo que los forme. Se acababa el tiempo de los Mark Twain, de los periodistas que eran al tiempo activistas, como el inolvidable director de periódico local en «El hombre que mató a Liberty Valance». 

La información del siglo XX seguía el patrón estructural descentralizado de las redes de telecomunicaciones sobre las que se asentaba. La información sería un producto comercializado en exclusiva por los ciudadanos Kane y los Estados. Eran los tiempos del Ford T y el taylorismo, se desvanecía el viejo concepto de «profesional»: ahora «profesional» equivale sólo a especialización con conocimientos técnicos o humanísticos superiores. Se olvida la idea de la profesión como hecho político-moral (de profesar) para igualarse a gremio cualificado. 

Es la lógica del periódico como fábrica de noticias, como mediación informativa insustituible y necesaria. Genera sus propios mitos: el periodista ya no es un activista, sino un técnico, un mediador necesario que protagoniza la libertad de expresión y garantiza el derecho colectivo a la información («El público tiene derecho a saber»). Mitos que encubren una realidad: el sistema informativo industrial. Un sistema descentralizado clásico en el que para poder emitir opiniones o visiones de la realidad es necesario contar con un capital equivalente al requerido para montar una fábrica, del mismo modo que para editar un disco o publicar un libro todavía hacen faltan una discográfica o una editorial, respectivamente. 

En el modelo del ecosistema informativo descentralizado, los medios eran los cancerberos de la información, que extraían unos profesionales, llamados periodistas, de la misma realidad, dándole su primera forma textual: la noticia. Los periódicos eran, pues, el resultado de una actividad profesional especializada que se aderezaba con la opinión de una serie de firmas, valiosas por su posición en el árbol jerárquico y, se suponía, mejor informadas. La materialización mítica de la figura del periodista era el corresponsal, un señor descontextualizado al que se enviaba –con notables costes– a lugares apartados donde ocurrían sucesos que se juzgaban dignos de ser relatados como noticias. La mejora de los sistemas de comunicación no ha mejorado ni cambiado la estructura de este sistema, sólo ha aumentado su inmediatez hasta el límite: el periodista empotrado de la guerra de Iraq. 

En cambio, en la enredadera digital las fuentes aparecen de forma hipertextual y prácticamente en tiempo real, siendo aportadas por los propios protagonistas. Por eso en la nueva estructura reticular de la información el centro del periodismo ya no está en la redacción, en la conversión de la información de hecho a noticia, que era lo que daba sentido a la figura del periodista, sino en la selección de fuentes que están, de todas formas, inmediata y directamente disponibles para el lector. Esto es lo que hacen la mayor parte de las bitácoras y, por definición, los press-clippings. Lo que aportan es la selección de fuentes desde una mirada propia. Y al igual que ya no tiene sentido entender un periódico como un «fabricante de noticias», la firma, la opinión, ya no se fundamenta en la mejor información atribuida a una persona, ya que la Red da acceso a todo el mundo a las fuentes. Lo importante ahora es la interpretación y el análisis. Es decir, el componente deliberativo que señala la aparición de una verdadera esfera pública ciudadana no mediada industrialmente. 

Se trata de una vertiente más del resultado más característico del desarrollo de la sociedad de redes distribuidas: la expansión de nuestra autonomía personal respecto a las instituciones establecidas. Ganamos autonomía, por ejemplo, cuando podemos escribir en nuestra propia bitácora y establecer con otros la relación de medio y de fuente, siendo parte de ese periódico mural que hacemos todos por las mañanas con las pestañas de nuestro navegador. Es decir, la Red nos permite actuar socialmente a cierta escala sin tener que contar con la mediación de instituciones externas, nos permite actuar de hecho como «instituciones individuales» y, en ese sentido, ser mucho más libres, tener más opciones.

En la práctica, la emergencia de una esfera informativa pluriárquica, que es lo que de forma primitiva representan la blogsfera, los agregadores identitarios y los nuevos press-clippings personales, supone un verdadero proceso de reorganización del poder que tiende a una estructura de información distribuida. 

Vivimos los primeros días de un nuevo ecosistema mediático que, por su misma arquitectura, asegura de modo más robusto el acceso a la información. El 13-M, cuando los periódicos modificaron titulares a petición del presidente del Gobierno español, don Jose María Aznar, se produjo un verdadero swarming. Al romper por tanto la división entre emisores y receptores, la nueva estructura de la información acaba con el periodista como técnico especializado, haciendo a cada uno periodista de su propio medio o, mejor dicho, nodo del gran medio reticular y distribuido que es la blogsfera como un todo. 

No hay que llorar la perspectiva de la muerte del periodista como figura profesional diferenciada ni que temer el fin de los media que hasta ahora monopolizaban la representación de la realidad e instrumentalizaban la democracia. Bajo la blogsfera actual late la potencialidad de una redistribución del poder informativo entre la ciudadanía, donde ningún nodo sea imprescindible ni determinante, donde todos seamos igualmente relevantes en potencia. Bajo los blogs late, por primera vez, la pluriarquía como posibilidad social real. 

Así como el software libre representa un nuevo tipo de bien público no estatal, la blogsfera es un medio de comunicación distribuido, público y gratuito transnacional, la primera esfera pública democrática real y prácticamente universal. Si los media y sobre todo la televisión habían privatizado la vida pública y el debate político, reduciendo el imaginario a un espectáculo totalitario producido industrialmente según los mismos patrones de la producción de las cosas, la blogsfera representa el comienzo de una verdadera reconquista de la información y el imaginario como creaciones colectivas y desmercantilizadas. 

Sin embargo, como manifestación en la esfera informativa del fin de la división y la especialización propias de las redes descentralizadas, la blogsfera no sólo pondrá en jaque a los media. Toda estructura de información lleva tras de sí una estructura de poder. Los cambios en la estructura de la esfera informativa son jaques al sistema de representación política. Si en la práctica la blogsfera erosiona la representación mediática, ¿cómo iba a permanecer incólume la representación de los mediadores políticos profesionales? 

Al fin, bajo la emergencia de las redes distribuidas se dibuja una perspectiva social y política: un mundo de fronteras difuminadas sin mediadores profesionalizados y «necesarios», sin elites filtradoras «insustituibles». La blogsfera adelanta características de las nuevas formas de organización política pluriárquica.







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